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UNA COMEDIA QUE PERMITE APRECIAR LA LUCIDEZ

DEL IMPERIALISMO PARA MOSTRARSE AMABLE Y DIVERTIDO

Comenzaremos por un sincericidio: Nos gusta mucho como comediante ese hombretón que es John Cena… solo que hasta ahora lo habíamos visto actuar en películas más inocentes y fáciles de digerir que esta. 

Aquí, su atlético físico marida estupendamente con el del ex marine yanqui que le toca interpretar, en circunstancias en que, agotado de arriesgar su vida, ha decidido volver a ejercer la vieja profesión de abogado… al menos hasta que un antiguo camarada de armas (el siempre solvente Christian Slater) le haga una tan riesgosa como suculenta oferta, que no podrá rechazar debido al mal momento económico que atraviesa su matrimonio, a punto de disolverse. 

A partir de esa invitación a la aventura, este filme dirigido por Pierre Morel y estrenado en 2023, nos embarca en la típica montaña rusa que propone la mayor parte de las producciones de acción: El personaje de Cena, averiado por secuelas de pretéritos enfrentamientos deberá acompañar y devolver sana y salva al Gran País del Norte a una osada cuan bonita periodista (Alison Brie) que se propone la temeraria misión de entrevistar a un apuesto y carismático caudillejo caribeño (Juan Pablo Raba), versión aggiornada de los tantos que ha descripto el realismo mágico latinoamericano. 

Pero la misión se verá condicionada por la dispar motivación de ese dúo de intrusos en tierra ajena, dado que la chica aspira a conseguir el Premio Pulitzer con la primicia, y a su custodio se le encomendará ni más ni menos que eliminar al mandatario en cuestión.

Vale la pena subrayar que el personaje de Cena es presentado como alguien menos elemental que lo que permite deducir su rústico semblante, de modo que, si bien llega a su tropical destino convencido de que cualquier mandamás de la región solo puede ser fascista y mujeriego, también es capaz de recomendarle a su protegida, cuando esta se muestre seducida por el anfitrión local, que lea a Hanna Arendt, en clara alusión a su tesis sobre la “banalidad del mal”.

A esa altura queda claro que al guion no lo elaboró el más oscuro burócrata del Pentágono, sino alguien bien plantado en el Siglo XXI, cuyo desafío es demostrar que hoy por hoy los “defensores de la democracia global” son capaces de interpretar y respetar los intereses de sus colonias sin caer en el burdo estereotipo del legendario vaquero encarnado por John Wayne, conspicuo exponente del credo “América for Americans”.

Es fundamental subrayar que Paldonia, el lugar ficticio cumbianchero y rico en hidrocarburos donde se desarrolla la trama, ostenta una bandera que exhibe los tres colores primarios que caracterizan a las divisas de los países que alguna vez formaron parte del sueño bolivariano de la Gran Colombia. 

En el transcurso de la odisea que, producto de un intento de golpe de Estado, vivirán los tres protagonistas - la periodista, su guardaespaldas, y el propio Presidente Venegas, al que la joven aspira a reportear -, los primeros irán advirtiendo que el fulano que motivó su viaje es muy bien acogido en las aldeas populares donde deben refugiarse para eludir el asedio de los conspiradores, refiere haberse formado con los jesuitas, y hasta se muestra avisado del intento de destitución y dispuesto a resistir a fin de que los supuestos intereses multinacionales que lo atacan no terminen controlando los bienes comunes de su terruño, para lo cual recurre al apoyo del ¡Partido Obrero y el Frente Revolucionario locales!

De ahí en más, la apreciación del tándem norteamericano respecto al líder de aquel país - cuyo set fue Colombia (teléfono para Gustavo Petro) - se irá ablandando, casi al punto de admirar las habilidades de los "autócratas" vitalicios latinoamericanos para perpetuarse en el poder.

Aunque nada diremos sobre su desenlace, sepa disculpar el o la lectora que  hayamos llegado al filo del spoiler, dado que, sin atrevernos a correr ese riesgo, mal podría confiarse en que una recomendación de este tipo valiera la pena, aunque más no sea para ameritar la plasticidad argumentativa de esa gran fábrica de sueños que es Hollywood, a la hora de dotar, aún a sus historias más indefendibles, de cierta aura políticamente correcta. 

Al fin y al cabo, aún no está tan claro qué hemisferio prevalecerá al cabo de la transición hegemónica global en curso. 

Moraleja: Hablando la gente se entiende (larga vida pues a los “dictadorzuelos” razonables… si están dispuestos a aceptar quién es el amo)

Link para descarga Torrent: https://dontorrent.date/pelicula/27698/Freelance