lunes, 30 de diciembre de 2024

RECOMENDACIONES

The Moor

UN PÁRAMO QUE GUARDA SECRETOS ESPELUZNANTES

Pocos subgéneros narrativos han generado una corriente filosófica propia, pero en el caso del horror cósmico vale la pena mencionar que uno de sus máximos mentores contemporáneos fue Howard Phillips Lovecraft, quien experimentó al extremo con él.

Se trata de una especie de módico nihilismo que coloca al ser humano y su voluntad de trascendencia en el justo lugar que le corresponde en el Gran Esquema Universal de las Cosas: ninguno. Somos microorganismos insignificantes que en cualquier momento podríamos ser borrados de nuestro planeta y ninguna consciencia de valor significativo en el cosmos lo advertiría, tal las briznas de polvo estelar que somos. Nuestros dioses son poca cosa en la visión del autor de Providence (EEUU) 

De este modo, el horror cósmico se revela como la contraposición descreída del terror literario clásico, de aquel gótico tan lleno de humanidad, donde hasta los monstruos tenían rasgos que los acercaban a nosotros y, por tanto, estaban dotados de significado. Lovecraft prescindió de todo eso. Solo dejó vacío estelar. 

La corriente en cuestión apela siempre a la emoción más allá de la comprensión, a la experiencia más allá de la sapiencia. Las temáticas del fundador de Los Mitos de Cthulhu se adentran en los oscuros recovecos de la psique humana, donde habitan el miedo, la insignificancia y la alienación. Su universo literario explora una visión del ser humano enfrentado a fuerzas cósmicas, criaturas y deidades que escapan a toda comprensión, simbolizando lo vasto y lo incomprensible del universo. Lovecraft evoca, y se adueña, de una sensación constante de desasosiego, donde la humanidad es diminuta e irrelevante, dejándonos vulnerables ante un abismo existencial que desafía la razón y nuestra percepción de realidad, enfrentándonos a los límites de nuestra propia fuerza interior. Esta atmósfera de desamparo psicológico responde a la convicción del autor de que la verdadera naturaleza del cosmos es tanto incomprensible como indiferente, una idea que se refleja en sus personajes, quienes a menudo descubren la fragilidad de la mente humana ante secretos y verdades que no deberían ser revelados. 

Consecuente con tales premisas, este film de Chris Cronin nos introduce en su historia desde la niñez de su protagonista, cuando en el condado semi rural de Yorkshire, al Norte de Inglaterra, esta ensaya la travesura de comisionar a un amiguito para que distraiga al dueño de un almacén de ramos generales mientras ella sustrae algunas golosinas. La operación resultará exitosa… salvo que el niño no saldrá nunca del negocio aquel. Dicho trance nos remitirá al presente del paraje en cuestión, donde nos enteraremos que no se trata de la única criatura desaparecida en la región, a la que la chica que propuso aquel delito menor regresa, tomando contacto con el padre del niño, quien no renuncia a explorar un vasto y neblinoso páramo vecino, obsesionado con la idea de que, aún 20 años después, su hijo puede continuar extraviado allí. Al cabo de algunas cavilaciones, la joven que vio por última vez a ese pequeño se embarca en la inquietante odisea de buscar algún rastro suyo a lo largo de un sitio yermo y brumoso poblado de sombras acechantes, que poco a poco se irá transformando en un ominoso limbo ajeno al mundo cotidiano de los personajes, a quienes en algún momento se sumará una guardia rural, y un padre con una hija dotada de poderes radiestésicos, quienes no tardarán en dar con un conjunto de menhires grabados con runas del período neolítico, indicios de estar explorando  una zona donde en el pasado remoto se celebraron antiguos y cruentos ritos paganos de tradición céltica. A partir de ese dato, personajes y espectadores serán absolutamente ajenos a las reglas de juego con que se manejará la trama.

Entonces, como en la ya legendaria Stalker (1979, Andrey Tarkovski), habrá que armarse de paciencia dispuestos a experimentar un desarrollo más asentado en climas intranquilizadores que en sustos repentinos. El placer que experimentarán los amantes del género, en consecuencia, será el de enfrentarse con algo imponderable, que da la espalda a recursos efectistas fáciles. Cúmulos de bruma que se desplazan como animados, un siniestro y amenazante rebaño de cabras ciegas que no parecen ser simples animales de campo, sonidos sin origen detectable, etc.

Experiencia ideal para un público capaz de ajustarse el cinturón de seguridad y disponerse a vivir una experiencia absolutamente ajena a los sobresaltos que ofrece un Tren Fantasma. 

Probablemente, el filtro de aquellos espectadores dispuestos a llegar hasta el final de este film poco frecuente, sumamente eficaz en su cometido, y altamente recomendable, sea una sesión de espiritismo previa a la expedición, cuyo tratamiento merece figurar en los anales del horror cinematográfico.

 

Link para descarga Torrent:

https://dontorrent.auction/pelicula/28295/The-Moor

  

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