DOSSIERS
¿Crisis
del estreno en salas?
CUANDO EL SÉPTIMO ARTE COLONIZÓ
LAS PLATAFORMAS DE STREAMING
“A medida que la televisión se va haciendo más chatarra, los programas cada vez más previsibles y amarillos y el cine más clonado, las series se van convirtiendo en el refugio de quienes gustan de las ficciones. Con lenguaje más cinematográfico que el mismo cine, actores, guiones y directores increíbles, son el nuevo vicio de muchos”.
Camilo Juárez
Ora porque las productoras majors de Hollywood vienen apostando al
éxito fácil de taquilla - capaz de frustrar las expectativas del guionista más
exigente -, ora porque una innovación tecnológica sin precedentes inaugura para
la industria del entretenimiento formas novedosas de consumo - hogareñas o en
tránsito -, el espectáculo audiovisual está sufriendo una acelerada
metamorfosis, algunos de cuyos aspectos intentaremos revisar en esta nota.
La industria del
entretenimiento va en procura de nuevas pantallas
Una
de las claves del fenómeno enunciado reside en el altísimo standard de
producción que ha venido sosteniendo a algunos productos televisivos en
cuestión. A manera de ejemplo, basta con dimensionar la inversión que requiere
una minuciosa reconstrucción histórica sostenida a lo largo de varias temporadas,
como la que oportunamente pudo verse en las series Roma o Boardwalk Empire, por citar un par de ejemplos, ambas pertenecientes
a la emprendedora cadena HBO. Esto describe un nuevo escenario, en el que se han
borrado las fronteras de calidad entre la producción destinada al cine y a la TV.
La imaginación
encuentra campo fértil
en una nueva Edad de Oro de las series
El despliegue de creatividad ofrecido por las propuestas en
danza encuentra campo fértil en las cortinas de presentación. Algunas adelantan
parte de su contenido en forma alegórica, como en el caso de The Walking Dead, donde se pasa revista
a sucesivos planos descriptivos de la desolación que ha causado la plaga sobre
la que se asienta su relato; o Breaking
Bad, donde el arte de los créditos que complementara las imágenes de
laboratorio se asentaba en ocurrentes referencias a

Hoy un guionista tiene más chances
de desplegar su talento en las series que en el cine
La mayoría de lxs fans de las buenas series de TV tenemos nuestros personajes favoritos. Así como a partir de los 60s produjo devoción el que encarnara Robert Stack en Los Intocables, Vic Morrow en Combate, David Janssen en El Fugitivo, Roy Thines en Los Invasores, Darren Mc Gavin en Kolchak. El Cazador Nocturno, Lance Henrikssen en Millenium, Alberto de Mendoza en El Rafa, o Leonardo Sbaraglia en El Signo, y desde luego que podríamos seguir enumerando...
A cualquier
cinéfilo le cuesta superar el duelo que implica enamorarse de un personaje
brillantemente escrito e interpretado, y saber que no volverá a saber de él más
que la misma historia siempre, vista y revista una y otra vez. ¡Pero en las
series los personajes duran más! Entonces - por lo menos durante un tiempo -
sabemos que al volver a casa estarán allí. Fieles al mando play. Para seguir a nuestro lado al final de cada jornada. En efecto, la
prórroga indefinida de temporadas de una serie (más asimilable a la estructura
literaria de la novela que a la del cuento, que parecería corresponderle a un
largometraje) contribuye a explorar con enorme riqueza el perfil sicográfico de
cada personaje. A la fecha, ¿quién se extraviaría en el Springfield de Los Simpson?, o - en todo caso -
¿cuánto nos quedó por saber de la fauna que poblara el Penal de “San Onofre” en
El Marginal?
Cualquier guionista que se precie de tal sabe que un buen conflicto es el
motor de un relato, y que el personaje (principal, secundario, o incidental) es
el principal instrumento para que este se despliegue. Sostienen lxs
especialistas en la materia que lo que el personaje piense deberá decirlo, y lo
que sienta deberá actuarlo. Un magistral ejemplo de tal preceptiva pudo
apreciarse durante la segunda temporada de la ya citada serie Roma, más precisamente
en una escena del sexto episodio (La batalla de Filipos),
en que el esclavo Pullo es comisionado para asesinar al tribuno Marco Tulio
Cicerón. La situación transcurre en el parque del palacio que habita el noble,
quien - ya reducido por el que será su verdugo - espera la estocada final.
Quien carga con semejante mandato, inconcientemente traicionado por su condición
plebeya y antes de blandir la espada, así se dirige a su inminente víctima: _
¡Qué bellos duraznos crecen en su jardín! ¿Puedo quedarme con algunos?
Otro tanto se ve en la
atrapante serie Breaking Bad, cuando en el segundo capítulo, Walter toma un cuchillo de cocina, supuestamente
meditando si asesinará al dealer que
mantiene prisionero… y apenas lo utiliza para quitar la corteza del sándwich que le ofrecerá. Dos capítulos
más adelante, en la misma serie, asistiremos a un momento brillantemente resuelto
para darnos a conocer la sicología de los personajes: Los familiares directos
del protagonista se reúnen en el living
de su casa dispuestos a opinar sobre cómo enfrentar el cáncer de pulmón que lo
aqueja, apelando - a instancias de su esposa Skyler - al recurso de pasarse un
almohadón para irse otorgando así el uso de la palabra. Entonces Hank, cuñado
del dueño de casa y agente de la DEA, tendrá una intervención basada en
metáforas vinculadas con su afición deportiva, y el propio Walt hallará la
oportunidad para explicar en qué consiste la diferencia entre vivir y sobrevivir.
Y aún dos capítulos más adelante, la entrega respectiva comienza con un
encuentro escolar entre padres y policía, en el contexto de la búsqueda de la
cocina de metanfetamina cuyos elementos han sido sustraídos del laboratorio de
Walter, que se abstrae de la situación acariciando bajo la mesa la entrepierna
de su esposa justo en el momento en que le otorgan la palabra. Dicha secuencia
culmina con el protagonista y su cónyuge fornicando apasionadamente en el auto.
Cuando ella pregunte “¿De dónde vino eso,
y porqué fue tan bueno?”, Walt responderá con la que ha de ser una clave de
su comportamiento a lo largo de toda la serie: “Porque fue ilegal”.
Con semejante agudeza a la hora de perfilar a un personaje, en el tercer capítulo de la serie The Wire (Las compras), D'Angelo, traficante sobreseído en el primer capítulo y sobrino de Avon Barcksdale - temible líder de la red delictiva que opera en los monobloks de la zona oeste de Baltimore -, enseña ajedrez a un par de dealers primerizos comparando las reglas de dicho juego con su cotidiana labor, mientras dice, por ejemplo, - ¿Puede un peón llegar a ser rey? No es tan sencillo: se los mata muy fácil.
En un workshop
sobre “Estética y Cine” ofrecido en 2001 por Emir Kusturica en el MALBA a instancias
de
En consecuencia, así como la sicología de un personaje condiciona su aspecto, también su forma de hablar y entorno brindarán información sobre sus características y preocupaciones particulares. Por ejemplo, en el quinto capítulo de Breaking Bad veremos que sobre su mesa de luz Walter tiene un libro acerca de cómo se comunican los bebés, bajo otro referido a cómo sobrevivir al cáncer.
Si la inagotable originalidad de algunos productos sumamente exitosos acaso se asienta sobre un esquema creativo que ubica en la cima de un vastísimo equipo rotativo de guionistas al mentor de la serie (por ejemplo, Vince Gilligan en el caso de Breaking Bad, Matthew Weiner en el de Mad Men, Allan Ball en el de Six Feet Under, o David Simon en el de The Wire), también cabría reconocer como ventaja altamente competitiva a la singular audacia de los guionistas norteamericanos, fruto de un país consolidado y con enorme capacidad de asimilación autocrítica. Algunos ejemplos bastarán para coincidir que las series revisadas en esta nota llevaron ciertas situaciones hasta un extremo infrecuente en nuestro contexto.
En el tercer capítulo de Mad Men, su protagonista, Donald
Drapper, hace algo tan natural como poco común en
Sin pasar por alto el talento de los guionistas locales - lo cual no está en tela de juicio, al menos en esta nota -, cabría reconocer que en nuestro medio se han dado notorios casos de censura y autocensura a la hora de trascender los límites tolerados en el plano de lo sexual o en el político. Sin ir más lejos, La marca del deseo fue una miniserie argentina de 13 episodios dirigida por Emilio Alfaro, que en 1994 vio prohibida su emisión debido a la presión de entidades ultra conservadoras, y recién en 1997 fue emitida completa. Por su parte, en 2011 el actor Mike Amigorena desistió de interpretar al CEO de Clarín, Héctor Magnetto, para la serie El Pacto, emitida por América 2.
Por último, otro factor sumamente gravitante
en el éxito de los productos analizados es su esmerado casting, generalmente sostenido por grandes actores que no
provienen del star system.
En el Siglo XXI el espectáculo se consume a toda hora
“Hoy todo es televisión, ves televisión en el televisor, en tu laptop, en tu móvil, en tu reloj, en tus Google Glass, incluso en este momento en mi lente de contacto yo estoy viendo un capítulo de American Horror Story: Asylum”.
Neil Patrick Harris
Un factor novedoso a tener en cuenta a la hora de
comprender el imparable y vertiginoso fenómeno que aquí se analiza es el actual
sistema de vasos comunicantes multipantalla que ha comenzado a retroalimentar
de contenidos high tec a los cines,
A este respecto corresponde dedicarle un par de líneas a Netflix, la ventana a la que hoy vienen asomándose infinidad de usuarios ávidos por devorar cuanto contenido audiovisual se les cruce. Se trata de un servicio en línea que proporciona a sus clientes la posibilidad de ver películas y series de televisión de manera legal e ilimitada vía internet a cambio de una suscripción mensual. Fue fundado oficialmente en 1991 pero no fue hasta 1999 que comenzó a sacudir el mercado del alquiler de películas cinematográficas. En ese entonces no tenían servicios de transmisión de películas on line, en su lugar fueron los pioneros en el servicio de envió de películas en DVD vía correo tradicional (Estados Unidos) En la actualidad, su modelo de negocio ha cambiado bastante. Lo que en el pasado supuso su principal fuente de ingresos ya no lo es. Hoy en día su principal modelo de negocio de basa en enviar películas vía internet de forma legal. Este nuevo sistema de distribución le permite reducir los costos y aumentar la rentabilidad a cifras inimaginables. Los costos de operación son menores, además de que utiliza menos espacio que en el almacenamiento y distribución de DVD. Una de sus características más interesantes es que no hay necesidad de descargar las películas, se pueden ver directamente on line en tiempo real. Su creciente peso en el mercado del entretenimiento estriba en que ha firmado contratos de reproducción de películas con alguna de las productoras de cine y televisión más importantes del mundo. De tal modo hemos asistido desde al estreno de El Irlandés de Martin Scorsese (2019) al maravilloso Pinocchio (2022) de Guillermo del Toro. Su nómina de convenios explica en buena medida la causa de su éxito arrasador:
Sony Pictures
Walt Disney
Motion Pictures Group
Overture Films
Anchor Bay Entertainment
Starz
Time Warner
Universal Pictures
Sony Pictures
Paramount Pictures
MGM
Lions Gate Entertainment
20 Century Fox
Por su parte, la exitosa cadena HBO
acostumbra presentar su programación anual con slogans tan provocadores como “A veces me da miedo que llegue Netflix a casa y me encuentre con HBO”.
Ocurre que a su vez instaló sus plataformas HBO GO y HBO OD, arribando en
consecuencia a más de 40 millones de suscriptores actuales en Latinoamérica. La
guerra por conquistar el mundo del entretenimiento está en curso, y la mayor
parte de sus factorías no parece apuntar a consumos que prioriten la vieja sala
de cine.

Todos los caminos del espectáculo audiovisual
conducen a una mayor individuación de su consumo
“Es
como si más de un siglo después de sus primeras batallas, los hermanos Lumière,
inventores no sólo del aparato cinematográfico sino también del acto social que
conlleva ver una película en una sala, hubieran finalmente perdido la partida
frente al viejo y taimado Thomas Alva Edison, que con su primitivo
Kinetoscopio - pensado para un único
espectador que debía asomar sus ojos por una ranura - ya parecía profetizar que
las imágenes en movimiento finalmente iban a ser consumidas de manera
individual antes que colectiva”.
Luciano Monteagudo
Lo dicho hasta aquí permite sospechar que hoy el livinghogareño constituye el escenario principal de una decisiva disputa entre elcircuito de exhibición cinematográfica comercial y lo que hasta ahoraentendimos por televisión. Es más, acaso estemos asistiendo al último rounddel match que en los 50s obligó al cine a inventar el Cinerama pararecuperar público tras la irrupción de la pantalla chica. Cabe cuestionarsepues si en el contexto descripto aquel volvería a salir airoso litigando contrala cada vez más masiva instalación de home theatres capaces de reproducir3D e interconectar simultáneamente a todas las usinas de la industria del entretenimiento.Algunos desprevenidos venían esperando que la tecnología empatara el nivel dedefinición del cine digital con el fílmico para sacar a este último de la pista,y ahora que la resolución 4K ha quedado en el pasado, en vez de imponerse la continuaactualización digital de las salas reteniendo audiencias en los espacios públicos,la red de redes - con sus ofertas de consumo on line o por download- se suma a la creciente oferta de equipos de reproducción de última generaciónamenazando con darles el triunfo, de modo que el entertainment pase aconsumirse cómodamente en casa, o en viajes de media y larga distancia.
En consecuencia, contra algunas teorías algo conspirativas
cuajadas durante los años 60 y 70s, es muy probable que las potencias del Norte
Global no necesariamente se desvelen por contrabandearnos su cultura
perversamente como si esta fuera universalmente válida, ya que para ello sobran
razones basadas en la mega escala en que producen (lo cual, desde luego, no es
un presupuesto ajeno a
Lo antedicho también los aventaja sobre nuestras potenciales usinas de materia gris. Sólo un proyecto de país capaz de reactivar resueltamente la industria - incluyendo la del espectáculo - fomentará una producción en serie de contenidos adecuados, capaz de que alguna vez La Saga de los Confines destrone a The Witcher.
El paradigma digital brinda un contexto favorable, una
Nueva Ley de Medios debe preservarlo. Desde luego, como en cualquier caso que
comprometa nuestra soberanía - ya que si no somos capaces de narrarnos lo harán
otros -, también habrá que revisar una política de Estado en materia de Defensa
para preservar esa pantalla. Porque el poder no se suicida, y las divisas le
importan más que la vida. -
Bibliografía de consulta
“Prime Time. Las mejores series norteamericanas de
CSI a Los Soprano”,
de Concepción Cascajosa Virino
“Series
TV. Una pasión cinéfila”, Cahiers du Cinema N° 47, Julio-Agosto 2011
“El
imperio de las series”, Haciendo Cine N° 143, Diciembre 2013
“Camilo
Juárez: Vicioso en serie”, Revista digital
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