Memorabilia
Mr. TORRENT
La mentoría de esta plataforma no acostumbra publicar notas autorreferenciales.
Pero la ocasión es propicia para hacer una excepción, que pasamos a
fundamentar.
Un primo es algo así como un hermano de repuesto. Aunque algunos no
cultivan a ese singular tipo de parientes, y para otros estos llegan a ser más
compinches y confidentes que los propios hermanos.
Este caso excede ambas alternativas. El primo Marcelo fue el hijo de la
prima con que mi madre se crio desde la corta edad de 8 años, al quedar
entonces huérfana de madre.
El período en que más nos frecuentamos, aunque mayormente en fiestas
familiares y alguna que otra esporádica visita, fue ese breve lapso de la vida
en que prácticamente aún no ha muerto nadie cercano.
Dejamos de vernos durante los casi ocho años que duró en nuestro país el
último gobierno de facto, durante el cual - hijo único al fin -, contando con
el antecedente de las represalias sufridas por mi familia a causa de su
compromiso político, sus padres lo preservaron como al mayor de los tesoros,
procurando que no corriera ningún riesgo.
Al soplar mejores vientos nos fuimos reencontrando, dosificando temas
álgidos y compartiendo recomendaciones sobre cine Triple X.
Con el tiempo, junto a un par de primos hermanos - míos, no de él -
armamos un grupo de WhatsApp que poco a poco fue derivando de la previsible y
aburrida crónica familiar a la más absoluta cine y serie filia.
Realizador alguno, cine clubista otra, pero piratas todxs de contenidos
bajados de la web, ninguno como él se volvió TAN habilidoso para detectar cómo descargar
cualquier título anhelado por el resto, en versiones de alta calidad y lengua
original, lo cual no es poca cosa.
Era cuestión de pedirle un filme o serie y casi en un abrir y cerrar de
ojos el tipo facilitaba el link de acceso o bien subía el producto a una
carpeta de Drive compartida con el resto.
Lo demás era intercambiar opiniones al respecto, siempre con estricto
cuidado de no cometer spoilers.
Como ocurre con tantas cosas en la vertiginosa existencia que llevamos,
no dimensionamos esa secreta maravilla mientras contamos con ella.
Parco, extremadamente reservado con su vida personal, esa fue nuestra
máxima conexión con este primo ingeniero de profesión e ingenioso para
proveernos toneladas de títulos que iluminaron momentos a menudo ingratos de la
vida que nos toca.
Estamos publicando esta nota exactamente a un mes de recibir un escueto
mensaje de WhatsApp desde el número de celular de este solícito proveedor de estrenos,
mucho más generoso que el genio de la Lámpara de Aladino: "Buenos días!
Soy Ignacio. El hijo de Marcelo. Te escribo para contarte que mi papá falleció
anoche".
No queda mucho por agregar. Salvo que los demás primos conservamos
nuestra cine y serie filia… pero ya no es tan frecuente dar con títulos
difíciles poco antes de su lanzamiento ni en lengua original.
Ojalá que los suyos hayan conservado la interminable colección de contenidos
que a lo largo de años fue acumulando en más de un carry disk,
prolijamente catalogados en planillas que daban cuenta de la respectiva opinión
de la crítica respecto de cada uno.
En marzo de
2024, de buenas a primeras, se le ocurrió instarme a elaborar una nómina -
seguramente arbitraria, siempre provisoria, y altamente personal (pese a
ciertos consensos que ya son universales) - de 30 filmes de visión
IMPRESCINDIBLE para amantes del cine, como quien escribe estas líneas.
Ahora solicito
al lector o lectora tomarla como lo que es y no como la palabra revelada de
Jehová Dios.
Cada
director mencionado a continuación cuenta con otros títulos que también valen
la pena, solo se ha tratado de no repetir autores. De modo que corresponde
abstenerse de formular el clásico "faltó tal film", porque resulta
inexorable que en tal caso se tenga razón.
Lo dedicamos
a lxs amigxs que leen regularmente nuestras recomendaciones y opiniones
semanales. Pero, fundamentalmente, a la memoria del primo Marcelo:
Nosferatu.
Sinfonía del Horror (1922, F. W. Murnau)
Tiempos
Modernos (1936, Charles Chaplin)
El
Ciudadano Kane (1940, Orson Welles)
Ladrón de
Bicicletas (1948, Vittorio De Sica)
Las aguas
bajan Turbias (1952, Hugo Del Carril)
Los Siete
Samurais (1954, Akira Kurosawa)
La Ventana
Indiscreta (1954, Alfred Hitchcock)
El Séptimo
Sello (1957, Ingmar Bergman)
Mi Tío (1958, Jacques Tati)
Los 400
golpes (1959, Franҫois Truffaut)
Lo bueno,
lo malo y lo feo (1966, Sergio Leone)
2001.
Odisea del Espacio (1968, Stanley Kubrick)
Los hijos
de Fierro (1972, Fernando “Pino” Solanas)
Juan
Moreyra (1973, Leonardo Favio)
Amarcord (1973, Federico Fellini)
Atrapado
sin salida (1975, Milos Forman)
Taxi Driver (1976, Martin Scorsese)
Apocalypse
Now! (1979, Francis Ford Cóppola)
Blade
Runner (1982, Ridley Scott)
El Acto en
Cuestión (1993, Alejandro Agresti)
El Perfecto
Asesino (1994, Luc Besson)
La Mirada
de Ulises (1995, Theo Angelopoulos)
El Día de
la Bestia (1995, Álex de la Iglesia)
El Sabor de
las Cerezas (1997, Abbas Kiarostami)
El Camino
del Samurai (1999, Jim Jarmusch)
El Viaje de
Chihiro (2001, Hayao Miyazaki)
Las
Trillizas de Belleville (2003, Silvain Chomet)
Érase una
vez en Hollywood (2019, Quentin Tarantino)
Joker (2019, Todd Phillips)
Pobres
Criaturas (2023, Yorgos Lanthimos)
A quienes
aman al cine más que a la vida - como quien escribe estas líneas -, les
repetimos: Hay incontables joyas no contempladas en nuestra exigua nómina, PERO,
si les faltara ver alguno de estos títulos, créannos que enmendar ese error
mejorará su existencia.
Es más, desde
que confeccionamos esta lista, hemos acumulado nuevas devociones, pero
resolvemos publicarla tal y como la recibió aquel irreemplazable Maestro del
Pirateo. -