CRÍTICAS
“Competencia Oficial”
TOUR DE FORCE ENTRE TALENTOS DRAMÁTICOS
Ya hemos aclarado en entregas anteriores que este no es un sitio que pretenda ganarle de mano a otros ofreciendo la gran primicia. Para nada. Preferimos más bien sorprender brindando una mirada singular, que incluso corra el riesgo de analizar productos suficientemente abordados por la prensa especializada.
Bien. Hecha esta salvedad, ¡a lo nuestro!
Ante el estreno del primer filme de la dupla Cohn - Duprat estelarizado por Oscar Martínez - “El Ciudadano Ilustre” -, el prestigioso sociólogo Horacio González publicó una nota en el Diario Perfil en cuyo título se preguntaba si no era esa la expresión primigenia de un cine macrista, habida cuenta de que su trama presentaba a un egocéntrico escritor consagrado, maltratado al cabo de una conferencia por los lugareños de un rústico pueblito del interior bonaerense.
Dado que tanto el posicionamiento ideológico del actor en cuestión, como de este prolífico tándem creativo que ha legado títulos memorables como “El Artista” (2008), “El Hombre de al Lado” (2009) o “Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo” (2011), es público y notorio, esta nota se limitará exclusivamente a ponderar los valores artísticos de su última entrega.
Como en el filme “Muertos de risa” (1999, Álex de la Iglesia), la trama propone la reunión de dos prestigiosos actores (Martínez y Antonio Banderas) que no se soportan, en torno a una directora bastante excéntrica (Penélope Cruz), quien durante los ensayos los someterá a experiencias límite, todo ello a instancias de un magnate octogenario que aspira pasar a la posteridad produciendo un filme digno del Óscar, y adaptado de un best seller que da cuenta de una rivalidad semejante a la que sostienen quienes darán vida a sus personajes.
Este Opus N° 8 de una labor conjunta que ya lleva 21 años, podría considerarse una obra de cámara bastante infrecuente en los días que corren - plagados de ofertas dotadas de un speed narrativo destinado a millennials alfabetizadxs en el vértigo de las redes sociales -, en el que ningún plano se atreve a llegar al minuto de duración.
“Competencia Oficial” (2021, Mariano Cohn - Gastón Duprat) es todo lo contrario. Introduce al espectador en un espacio minimalista y despojado en el que cada intérprete queda librado al exclusivo recurso de su capacidad histriónica. Gozarán de sus casi dos horas de duración tanto cinéfilos como amantes del arte dramático capaces de conmoverse ante el arduo pero maravilloso proceso de dirección actoral tanto como de creación de personajes.
Y ahí reside toda la carga que nos hemos
propuesto darle al título de esta crítica.
Lxs argentinxs estamos acostumbradxs a la solvencia interpretativa de Martínez, acaso muy predispuestxs a la Penélope moldeada por Almodóvar, y - lamentablemente - de un tiempo a esta parte al Banderas cooptado por Hollywood para convertirlo en una especie de Bruce Willis latino.
Pues nada que agregar sobre quien ha brillado en filmes que hicieron historia, como “Relatos Salvajes” (2014, Damián Szifrón) Pero vale la pena destacar que hace mucho tiempo que no se ve una Penélope tan descollante y alejada de sus siempre meritorias perfomances habituales. Digamos, por último, que Banderas ya había trepado hasta una cima interpretando a ese doble del director manchego que vimos en “Dolor y Gloria” (2019, Pedro Almodóvar), pero aquí brinda una verdadera lección acerca de lo que es capaz de rendir dramáticamente cuando se le da la oportunidad, y una cámara lúcida le tiene paciencia.
Quien escribe estas líneas - no precisamente un millennial, está claro - disfrutó por igual la (para algunxs) excesiva duración de “El Irlandés” (2019, Martin Scorsese), solazándose más que con la historia que relata con la química entre De Niro y el ya esquivo Joe Pesci.
Aquí sobra de eso en el contrapunto entre Martínez y Banderas.
Estamos hablando, a la postre, de un filme
que, más allá de su corrosivo argumento y sorprendente y abiertísimo final, hará
- como se dijo - las delicias de lxs amantes del maravilloso oficio de estar
delante o detrás de cámara.-
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