CRÍTICAS
Risen
EL REGRESO DEFINITIVO DE “LOS ELLOS”
Existen coincidencias en torno a que, de un modo u otro, el cine es reflejo del espacio y el tiempo en que se produce.
En cuanto a las metáforas a que ha apelado y apela el fantástico, ya es un lugar común recordar que en plena Guerra Fría, la invasión marciana constituía una velada alusión a la ”amenaza roja” soviética. Es más, la 4ta temporada de la popular serie Stranger Things (2016/2022, Matt Duffer, Ross Duffer, Shawn Levy), que tanto entusiasmo despierta en el público teenager, reedita burdamente una caricatura de la Rusia comunista… mientras fuera de las pantallas aquel país libra un combate sin cuartel contra las tropas de la OTAN.
Por otra parte, mucho se ha reflexionado, en este u otros sitios, acerca de lo difícil que resulta actualmente sorprender al público desde la ficción, cuando la innovación tecnológica lo deja boquiabierto a diario.
Efectivamente, no es pequeño el desafío que impone ser original después de productos como Black Mirror (2011/2019, Charlie Brooker), serie que justamente se ocupa de exasperar las derivaciones - por lo general negativas - que podrían producir ciertos desarrollos científicos de punta que ya forman parte de nuestra vida cotidiana.
El flamante filme que nos ocupa parte de una alusión velada a lo que la leyenda urbana denomina “El Incidente Roswell”.
Como recordarán lxs memoriosxs, el caso aludido - también llamado incidente OVNI de Roswell - remite a un hecho ocurrido el 2 de julio de 1947, cuando un objeto desconocido se estrelló en un rancho cerca de aquella localidad situada en Nuevo México. Tras un amplio interés inicial en el "disco volador" estrellado, el ejército de los Estados Unidos declaró que era simplemente un globo meteorológico convencional. Posteriormente, ese interés se desvaneció hasta finales de los años 1970, cuando los ufólogos comenzaron a promover una variedad de teorías conspirativas cada vez más elaboradas, afirmando que una o más naves espaciales extraterrestres habían aterrizado y que las FFAA del Gran País del Norte habían recuperado para su estudio cuerpos de alienígenas.
Tanto la legendaria serie Expedientes X (1999/2018, Chris Carter) como la saga cinematográfica Men in Black (iniciada en 1997 por Barry Sonnenfeld) se basan en conjeturas que giran en torno a posibles dependencias secretas del FBI especializadas en estas cuestiones.
Lo cierto es que el tema de la invasión extraterrestre ha dado - y aún da - mucha tela para cortar a las grandes factorías de producción de contenidos para entretenimiento.
Así, en clásicos del género como El Enigma de Otro Mundo (1951, Christian Nyby) o Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (1977, Steven Spielberg) - solo por citar un par de ejemplos emblemáticos -, el cine ha venido conjeturando si es tal nuestra soledad en el cosmos, y barajado las más variadas hipótesis en torno a visitantes de mundos hostiles que procurarían exterminar a nuestra civilización, o por el contrario, seres más avanzados y dispuestos a colaborar en la superación de nuestros males.
Aquí, el director Eddie Arya nos presenta a una exobióloga sorprendida en medio de una investigación acerca de un meteorito que impacta sobre una pequeña ciudad. A continuación, el medio ambiente se vuelve inhabitable y elimina todo a su alrededor. A medida que la protagonista comienza a descubrir la verdad, va advirtiendo un peligro inminente.
Una variante de invasión de naturaleza vegetal, que se aproxima a la que propone la película que escogimos comentar, puede verse en la adaptación cinematográfica de la apasionante novela de ciencia ficción de John Windham “El Día de los Trífidos” (1962, Steve Sekely, Freddie Francis), más tarde adaptada como mini serie de TV en dos entregas (2009, Nick Copus)
El tono de este filme altamente recomendable es laxo, y está atravesado por un aura entre existencial y mística, que descansa sobre la tensión entre ciencia y religión. Salvando las distancias argumentales, un clima semejante se respiraba en la imperdible producción del género Another Earth (2011, Mike Cahill)
El denodado intento de nuestra especie por comprender la naturaleza de lo extraño que irrumpe en nuestra vida cotidiana también se despliega con maestría en el interesantísimo filme La Llegada (2016, Denis Villeneuve)
Otra peculiaridad aquí presente y siempre estremecedora - abordada por Freud en su estudio sobre Lo Siniestro, o bien clasificada por Stephen King entre los tópicos más intranquilizadores para el común de la gente - estriba en lo inerte que cobra vida sin explicación aparente, fenómeno que también se despliega angustiantemente, por ejemplo, en el filme francés Les Revenants (2004, Robin Campillo)
El título de esta nota alude a la memorable denominación que diera el inmortal guionista de historietas Héctor Germán Oesterheld en El Eternauta, obra cumbre de la narrativa gráfica nacional, a los mentores sin rostro de aquella invasión imaginaria pero tan verosímil que recalara en Buenos Aires.
En dicha tira las fuerzas locales consiguen, no sin sacrificio, conjurar la agresión extra planetaria. No la tendrán tan fácil lxs protagonistas del filme que hemos reseñado hasta aquí, ya disponible en plataformas de descarga.-
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