RESCATES
PARA CINÉFILXS 2.0
GEORGES MELIÉS
EL PRESTIDIGITADOR
QUE INVENTÓ LA MAGIA DEL CINE
Ni el entrañable filme “La invención de Hugo Cabret” (2011, Martin Scorsese) hizo suficiente justicia con el legado del Mago de Montreuil, Don Georges Meliés, pionero del espectáculo audiovisual, y autor de 503 fantasmagorías cinematográficas entre 1896 y 1912.
De un tiempo a esta parte, su nieta ha venido oficiando como Maestra de Ceremonias de una selección de sus mejores cortos, proyectados en el salón de actos del parisino Museo Grevin, sito en inmediaciones del Teatro Houdin, donde su abuelo ejerciera como prestidigitador antes de dedicarse de lleno al Séptimo Arte.
Ese programa ofrece versiones completas y restauradas de “El hombre de
100 cabezas” (1898) o “Viaje a la luna” (1902), donde el creativo artista
adapta la célebre novela de Julio Verne, haciendo interpretar a los selenitas por acróbatas que les otorgan
destrezas sobrehumanas, mucho antes de que Ridley Scott contratara a un elástico muchacho africano de 2.05 mts de estatura para
dotar de cierto extrañamiento a los movimientos de su “Alien. El octavo
pasajero” (1979) En dicho relato de ciencia ficción, el Profesor Barbarevuelta
- interpretado por el propio Meliés, que acostumbraba a jugar varios roles en
cada producción, tanto delante como detrás de cámara - propone hacer pie en
nuestro satélite lanzando un proyectil tripulado por una delegación de sabios
que también integra, los que poco después protagonizarán un divertido como
violento “choque de culturas” con aquellos extraterrestres cuya fisonomía
anticipa a la de los que tiempo después diseñaría Ray Harryhausen para la exquisita versión del clásico de H. G. Wells “Los primeros hombres en la luna” (1964, Nathan Juran) Cabe reparar en la influencia que tanto escenografía como utilería de
este filme tendrían años después en la obra del cineasta checo Karel Zeman y del británico Terry Gilliam, particularmente en las adaptaciones que ambos harían - respectivamente
en 1961 y 1988 - de “Las aventuras del Barón de Münchausen”.
Son de la partida, además, los cortos “Cake Walk forzado” (1903, que incorpora gran elenco de coristas), “El paraíso del jugador” (1905), “El melómano” (1903), “El caldero infernal” (1903, coloreado a mano fotograma por fotograma), “El hombre de la cabeza de goma” (1901), “Las cartas vivientes” (1904, con la incorporación de efectos especiales absolutamente revolucionarios para la época), “Carteles grotescos” (1905), “El inquilino diabólico” (1909, también coloreado a mano y con desopilantes efectos especiales), “El rey del maquillaje” (1904), “El taumaturgo chino” (1904, que nuevamente incorpora gran elenco de coristas), “Barbazul” (1901), “Nuevas luchas extravagantes” (1900, con la actuación de su esposa, la starlette contemporánea Jeanne d’Alcy), y “El hombre orquesta” (1900, donde el genial cineasta interpreta a todos los integrantes de la banda simultáneamente)
A lo largo de toda esta colección, se lucen el truco de sustitución
(consistente en congelar la acción, retirar o sustituir un objeto o persona y
retomar el rodaje; el procedimiento de cache y contracache, consistente en
cubrir una zona del plano dejándola virgen en un primer registro, para
descubrirla y cubrir su contraria en la siguiente impresión, lo que permite
superponer desde escenarios “virtuales” hasta efectuar gigantografías de un
rostro o cuerpo (como en la foto que ilustra esta nota); y el clásico efecto de refilmación sobre el mismo negativo, a
fin de introducir transparencias de corte fantasmagórico.
Aunque alguno de estos datos resulte conocido, nunca es poco el tributo
que amerita la obra de semejante adelantado.-
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