martes, 9 de agosto de 2022

Críticas 

A propósito del estreno de la serie “The Sandman”

NEIL GAIMAN. DEL CÓMIC AL CINE Y LA TV


En la página 23 del quinto ejemplar en castellano de la célebre revista Fangoria comienza un dossier de 26 páginas dedicado a la accidentada traslación a la pantalla grande de la obra de un maestro de la literatura fantástica, especialista en describir climas ominosos, el creador de Los Mitos de Cthulhu. Su título es H. P. Lovecraft: EL INADAPTABLE. Y la bajada que antecede a dicho trabajo reza “Muchas personas han intentado llevar los relatos del visionario escritor a la pantalla de cine. Solo unas pocas han estado cerca de conseguirlo”.
 

Mucho más cerca en el tiempo, han proliferado declaraciones del pintoresco guionista británico Alan Moore (From Hell, V de Venganza, Watchmen) - que comparte nacionalidad con quien nos ocupa en esta nota - expresando su encomiable decisión de consagrarse exclusivamente a la banda diseñada, dueña de un lenguaje tan autónomo como el del propio Séptimo Arte. Loada sea pues, esa intransigencia, que a los ojos de muchos lectores bien puede resultar excesiva, si su cometido final consiste en arrebatar de las fauces de la sociedad de consumo obras que no han sido concebidas para un instante fugaz de pochoclo y fila veinte. 

Valgan ambos ejemplos para entrar en tema.

Acaso la esperada adaptación televisiva a cargo de las factorías Netflix y Warner de la saga de cómics agrupada bajo el nombre de su principal protagonista - The Sandman - que ganara numerosos premios durante la década del 80 en su extensa versión por entregas, en este caso sea la aproximación más feliz al subyugante e intrincado universo de su creador.

Neil Richard Gaiman es un autor de ficción que cuenta en su haber con novelas, cómics, novelas gráficas, no ficción, teatro de audio, y películas. Cultiva el género fantástico. Sus obras incluyen grandes éxitos, algunos de los cuales también se han intentado adaptar a la pantalla con desigual fortuna. A continuación daremos cuenta de un puñado de ejemplos.




































Neverwhere es la segunda novela fantástica firmada en solitario por el escritor en cuestión. Se publicó en 1996, con posterioridad al estreno de la serie homónima de 6 capítulos que produjo la BBC. Narra la historia de un hombre ordinario llamado Richard Mayhew en su periplo a lo largo del extraño y peligroso Londres de Abajo. 

Según explica el autor, en el subsuelo de la capital inglesa - como debajo de cada gran ciudad - existe un mundo desconocido e invisible, plagado de extraños seres, en el que sobrevivir depende de abrir las puertas adecuadas. Allí se da cita una variopinta Cohorte de los Milagros encabezada por Carabás, misterioso motor de la aventura cuyo nombre, fiel a la costumbre de Gaiman por revisitar grandes obras de la literatura clásica, hace referencia a un personaje del famoso cuento de Charles Perrault El Gato con Botas. 

En entrevista ofrecida a un programa de la televisión británica, el propio autor se burlaría de aquel modesto intento acometido junto a un actor amigo, cuya realización contó con escasísimos recursos que debieron disimular entre sombras, bufidos estremecedores, y planos cortos, el asedio de un precario minotauro del que sólo se alcanzó a construir la cabeza. 

Resumiendo, poco dinero para tan ambiciosa empresa, y un resultado bastante pobre.































En 2005, Dave Mc Kean, el talentoso diseñador gráfico que construyera la identidad visual de la saga Sandman y de tantas obras de Gaiman, apelando a su propia imaginería se haría cargo de adaptar el relato Mirror Mask, que describe un mundo de fantasía con reinos opuestos, adonde - a la manera de la Dorotea de El Mago de Oz, de Frank L. Baum - una niña de 15 años que trabaja en el circo de su familia pero que sueña, aunque parezca extraño, con abandonarlo y llevar una vida normal, de repente, aparece sumida en un extraño viaje por las Tierras Oscuras, un paisaje fantástico habitado por gigantes, pájaros mono y peligrosas esfinges, adonde deberá hacerse con la Máscara de Cristal a que alude el título, cuyo enorme poder es su única esperanza para escapar de las Tierras Oscuras, despertar a la Reina de la Luz y volver a casa. 

En esta ocasión, la histórica sociedad entre autor y diseñador visual - devenido cineasta - consigue un resultado decoroso que, sin embargo, no llegó a constituirse en éxito de taquilla. 


En 2007, le tocaría al director Matthew Vaughn volver sobre la obra de Gaiman para adaptar a la pantalla grande el exquisito cuento de hadas Stardust, previamente publicado con formato de novela gráfica. 

Su historia refiere a que en un pequeño pueblo inglés que limita con un territorio mágico e inaccesible, el joven Tristán (Charlie Cox) emprende la búsqueda de una estrella caída del cielo para conquistar el corazón de Victoria (Sienna Miller) 

Su viaje, una auténtica odisea, lo lleva a un misterioso país, donde encuentra la estrella, que se ha convertido en la preciosa Yvaine (Claire Danes) Pero también buscan la estrella otras personas: los cuatro hijos del Rey (Peter O’Toole) y los fantasmas de sus tres hermanos muertos, que la necesitan para ocupar el trono; y, además, Lamia (Michelle Pfeiffer), una malvada bruja que la desea para recuperar la juventud. Tristán tendrá, pues, que luchar denodadamente contra todos ellos. Sin embargo, cuando conoce a un pirata llamado capitán Shakespeare (Robert De Niro) y al siniestro comerciante Ferdy the Fence (Ricky Gervais), descubrirá, al fin, cuál es el auténtico significado de su viaje. 

El prestigioso elenco en cuestión también incluye una perfomance de Henry Cavill, entonces no tan célebre como al cabo de interpretar a SúperMan o a Geralt de Rivia en la exitosa adaptación televisiva del videojuego The Witcher. 

Pese a semejantes intérpretes, el filme no resultó mucho más que un desvaído pasatiempo que tampoco hace honor al bellísimo relato en que se basa.














Dos años después, Henry Selick, talentoso animador que tuviera a su cargo la ya legendaria Pesadilla antes de Navidad (1993), encaró con mucho mejor suerte, aunque sin el áura siniestra de la novela gráfica original, la adaptación - también en stop motion -  de Coraline y la Puerta Secreta (2007), que partiendo de una experiencia autobiográfica de Gaiman, quien recuerda haber compartido con sus padres una casa en la que había una pequeña puerta tapiada que no conducía a ninguna parte, narra la historia de una niña que, al atravesar una entrada similar, encuentra una versión mejorada de su vida. Allí sus padres son más considerados con ella, pero aquellas sensaciones maravillosas pronto darán paso al miedo y a la angustia.  

En caso de que el argumento despierte cierto interés en lxs lectorxs, nuestro portal recomienda decididamente abrevar en la versión gráfica original.


Una década más tarde, Bryan FullerMichael Green reunieron presupuesto suficiente de Amazon Prime para encarar la adaptación - a lo largo de tres temporadas - de la novela American Gods, estelarizada por el popular Ian Mc Shane.

En ocasión de radicarse en los Estados Unidos de Norteamérica, al imaginativo Gaiman se le ocurrió preguntarse si cada vez que alguien cambia de destino lo hará con toda su cosmogonía de origen a cuestas. Esto es, con el panteón de todos sus dioses. 

De tal interrogante partió esta historia, en la que Sombra cumple condena cuando su mujer y su mejor amigo acaban de morir en un accidente de coche. Es en mitad de un tormentoso vuelo, de camino al funeral, donde conoce al Señor Miércoles, antigua deidad que anhela recuperar el poder que tuvo hace mucho tiempo. Ahora Sombra debe ejercer como guardaespaldas de su flamante conocido durante un peligroso viaje por los Estados Unidos, tendiente al reclutamiento ante una guerra inminente entre los antiguos dioses mitológicos y los modernos dioses paganos de la tecnología. 

Alegoría contemporánea que fue perdiendo el acompañamiento de la audiencia hasta cancelarse su cuarta temporada.















También en 2017, John Cameron Mitchell adaptó al cine el cómic titulado Cómo enamorar a una chica punk, divertidísima comedia de ciencia ficción que pasó injustamente sin pena ni gloria. 

Su trama remite a la Gran Bretaña de 1977, donde un tímido rockero punk adolescente llamado Enn (Alex Sharp) y sus dos amigos se cuelan en una fiesta en donde conocen a un grupo de chicas extrañas y etéreas; al principio piensan que forman parte de una secta, pero pronto se dan cuenta de que son en realidad de otro planeta y visitan la Tierra para completar un misterioso rito. A pesar de ello, Enn se enamora de la bella Zan (Elle Fanning), la más rebelde alienígena. 

























En 2019 la BBC de Londres estrenó una muy convincente adaptación televisiva dirigida por Douglas Mackinnon de la novela Good Omens (Buenos Presagios), cuya autoría Gaiman compartió con  su connacional Therry Pratchett, otro escritor de relatos y guiones fantásticos que no llegó a ver esta serie de 6 capítulos, ya que falleció en 2015.

Su divertida trama presenta a un ángel (Michael Sheen) y un demonio (David Tennant) que deben unir fuerzas para encontrar una manera de salvar el mundo a medida que se acerca el final de los tiempos.



















Y así - por fin - llegamos al reciente estreno de la 1ra temporada de las aventuras del Morfeo, Príncipe del Sueño, que a lo largo de su propia aventura abrirá numerosas puertas a desopilantes historias unitarias protagonizadas por personajes fascinantes e inolvidables. 

En esta saga inspirada en una de los más bellos e inteligentes cómics que se haya publicado en décadas, una vez más, Neil Gaiman apela a su fórmula más exitosa, mezclando el mito moderno y la fantasía tenebrosa, donde la ficción contemporánea, el drama histórico y la leyenda se entrelazan.

The Sandman sigue a las personas y los lugares afectados por su protagonista (encarnado por un adecuadísimamente parco Tom Sturridge que luce entre un emo y el Robert Pattinson de Crepúsculo), en el afán de recuperar sus atributos de poder, a saber un yelmo que facilita su incursión en el mundo de la vigilia, una esmeralda capaz de conceder los deseos más inauditos, y una bolsita de arena alusiva a la leyenda urbana global de esa entidad que visitaría por las noches a lxs niñxs indispuestxs a conciliar el sueño para arrojarle su contenido sobre los ojos y obligarlos a dormir. 

La historia comienza cuando Sandman es capturado y mantenido prisionero durante más de un siglo, por un mago de poca monta, al cabo de lo cual deberá liberarse y viajar a través de diferentes mundos y líneas de tiempo para arreglar el caos que ha causado su ausencia. 

A lo largo de dicho periplo, que sucederá tanto en el plano onírico como en el de lo que llamamos realidad, desfilará una galería de personajes con origen en toda la imaginería desarrollada por la humanidad a lo largo de su historia. como Lucien, duende bibliotecario del País de los Sueños; El Corintio, encarnación de una pesadilla en fuga, que posee sendas bocas en lugar de ojos; Las Moiras, tres deidades proféticas que son una a la vez; Caín y Abel, condenados a repetir eternamente la rutina de la víctima y el victimario, acompañados por Goldie, una gárgola bebé; o Lucifer, el Ángel Caído, que dará pie a una segunda temporada… 

Atenta a los tiempos que corren, de sobreactuación de la corrección política, la serie convertirá en mujer de color a uno de sus personajes más carismáticos, que en el cómic original es presentado como una chica caucásica y dark, o feminizará al protagonista de un célebre spin off de esta saga, el investigador paranormal John Constantine, protagonista de sus propios cómics, presentados bajo el título de Hellblazer, y encarnado en dos largometrajes por Keanu Reeves. 

A nuestro modesto criterio, la serie remonta vuelo hacia la mitad de sus 10 episodios, adquiriendo el nivel esperado cuando en el sexto irrumpe el segundo integrante del Panteón de los Eternos: Muerte. 

Entonces sí comenzará a hacérsele justicia en la pantalla a uno de los más grandes escritores contemporáneos del género fantástico.-

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