lunes, 21 de agosto de 2023

RESCATES
PARA CINÉFILXS 2.0
 

RAOUL WALSH

EL IMPENITENTE CHACOTERO

















Raoul Walsh hizo su primera película en 1914, albores de la Primera Guerra Mundial, y la última en 1964. 118 películas - westerns, policiales, bélicas y dramas históricos - durante medio siglo de un cine imprescindible. Ese trotamundos, ex marinero, y cow boy, a los 86 años aún continuaba activo.

Dada su condición de buen jinete, se introdujo como al descuido en la industria, trabajando para los Pathé Brothers. Así, en 1912 ya era asistente de dirección y actor ocasional de David Wark Griffith, ni más ni menos que uno de los padres del lenguaje cinematográfico, y de quien Walsh lo aprendió todo.

Durante la preproducción de El Nacimiento de una Nación (1915), sería escogido para interpretar al asesino de Abraham Lincoln.

A mediados de los años 20 ya era un director importante, con títulos como El Ladrón de Bagdad (1924), con Douglas Fairbanks, que antes de rodar cada escena preparaba minuciosamente las acrobacias que debería realizar. Los efectos especiales, avanzadísimos para la época, fueron aportados por el legendario estudio Keystone. El film se exhibió durante seis semanas en Moscú.

Por El Precio de la Gloria (1926), íntegramente rodada en la Twentieth Century Fox, los estudios tuvieron que pagar 70.000 Dls. En materia de indemnizaciones al vecindario por la quebradura de cristales y derrumbe de cielorrasos que sus explosiones causaron en el vecindario. La película contenía un mensaje antibelicista, pero sería recordada como comedia, consagrando a la dupla actoral Mc Laughlin y Lowe, que volvería a esteralizar en lo sucesivo varios films de Walsh.

Cada tanto, Walsh volvía a la actuación. En Sadie Thomson (1928), basada en un libro de Somerset Maughan, se interpretó a sí mismo junto a Gloria Swanson.

Eran tiempos de censura muy rigurosa: Los besos debían durar a lo sumo tres segundos, ninguna escena sentimental era autorizada si había una cama cerca, y cosas por el estilo.

Fue elegido para rodar y protagonizar su primera película sonora, En el Viejo Arizona, pero un accidente lo dejó fuera de juego y le costó el ojo derecho.

Pero aquel percance no lo detuvo y volvió al ruedo dirigiendo El mundo al revés (1929)

A veces rodaba seis o siete escenas atrevidas para que la censura le dejase apenas un par.

Para rodar el western La Gran Jornada (1930) buscó incansablemente a su protagonista, hasta dar con un operario corpulento y gigantesco que trabajaba en los estudios Fox. Los productores dudaron en contratarlo, creyendo que solo era puro músculo, pero el joven también estudiaba. Como no les gustaba cómo sonaba su nombre, basándose en el personaje de una novela leída por Walsh, lo bautizaron John Wayne. Y así nacería el mito más taquillero del cine de acción estadounidense.

Siempre juerguista, para The Bowery (1933), el director propuso a George Raft, que no sabía nadar, arrojarse del Puente de Brooklyn, insistiendo tanto en que estaban dadas todas las garantías - incluso la de un fastuoso entierro -, al punto de que, cuando el actor estuvo amagó comunicarse con su representante para evitar semejante riesgo… Walsh soltó un muñeco al vacío y su broma no pasó a mayores. 

Los mejores años del director tuvieron lugar en la Warner Brothers. Su primera película con ellos, Los Violentos Años 20 (1939), fue la más destacada, y logró reunir a dos de sus actores favoritos: James Cagney y Humphrey Bogart. 

En El Último Refugio volvería a trabajar con Bogart - muy resistido por Warner debido a su fama de díscolo -, ya que Raft - el primer elegido - se negó a morir al final del film.

En Pelirroja y Murieron con las Botas Puestas (1941) mezcló humor y sentimientos. En el segundo de esos films, en el que Errol Flynn interpreta al General Custer, muchos de los jinetes que participaron como extras sufrieron accidentes de todo tipo durante las cargas de caballería. Siempre que se visione filmes del período valdrá la pena recordar que todas esas multitudes estuvieron allí en el plató, y no fueron clonadas digitalmente como se acostumbra de un tiempo a esta parte.

En Gentleman Jim y Jornada Desesperada (1942) volvería a recurrir a Flynn. 

Al Rojo Vivo (1949) es una de sus obras maestras, acaso una de las mejores interpretaciones de Cagney en toda su carrera.

Como mencionamos al principio, ser un impenitente chacotero fue uno de los rasgos más destacables de Raoul Walsh. Al punto de que alguna vez se permitió llevar el cuerpo yerto de John Barrymore desde la casa de sepelios a la de Errol Flynn, para que este le diera su último adiós, consiguiendo que Flynn saliera huyendo despavorido ante semejante ocurrencia. – 

 

Para aproximarse a este autor:

https://www.youtube.com/watch?v=u71mAsbcRmw 

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