lunes, 4 de septiembre de 2023

RESCATES

PARA CINÉFILXS 2.0 

HOWARD HAWKS

ENTRE RISAS Y TROMPADAS










 

Howard Hawks realizó una media de una película al año durante 43 años - preferentemente de género comedia y acción -, hasta retirarse del oficio en 1973.

Ex piloto automovilístico y de avión, llevó tales aficiones a su cine, inaugurando su carrera con uno de los films que en 1930 reflejó de manera más avanzada los combates aéreos de la Primera Guerra Mundial. 

No obstante, el fuerte de sus películas no eran sus momentos más espectaculares, sino más bien los dialogados, lo cual, en el tránsito entre el cine mudo y el hablado le supuso un enorme esfuerzo creativo. 

Acaso uno de sus títulos clásicos sea Scarface, de 1932, obra libremente inspirada en las andanzas de Al Capone. 

Jamás se ciñó a un contrato, reservándose siempre la más absoluta libertad de acción. 

En 1934, con La Comedia de la Vida, brindó su máxima oportunidad de lucimiento al actor John Barrymore. 

A partir de 1938 comenzó a incorporar pasos de comedia en sus films, brindándole a Katherine Hepburn su primera interpretación humorística en La Fiera de mi Niña. 

Uno de los actores con quien más trabajó fue Cary Grant, el otro sería John Wayne, sobre quien opinaba que cualquier actor que compartiera una escena con él se vería opacado por su carisma. 

Hawks clasificaba al western en dos etapas. La referida a la génesis del salvaje oeste, con sus grandes manadas de ganado, y la del imperio de la ley y el orden, cuyo símbolo pasaría a ser la figura del sheriff.

Desconfiaba de las escenas en cámara lenta que usó Sam Peckimpah en La Pandilla Salvaje, porque opinaba que en la vida real la violencia ocurre de manera tan vertiginosa que no da lugar ni a interpretarla.

Su gran descubrimiento femenino fue Lauren Bacall, quien se convertiría en el arquetipo de la mujer hawkiana. 

El realizador al que se declaró más ligado fue su coetáneo John Ford.

Hawks sostenía que en todo diálogo unos interrumpimos a otros, de modo que inventó una manera de incorporar algunas palabras incoherentes al principio y final de cada frase, de modo que el ritmo vertiginoso de una charla - en la mayoría de sus films, un 20% más veloces que la media - no anulara la comprensión del contenido principal.

Avanzada la Segunda Guerra Mundial, hizo algunas películas por encargo, en las que a veces colaboró su amigo William Faulkner, que siempre lo sacaba de apuros como reescribir una escena insostenible. 

Los films de Hawks incluyen algunas de las escenas de muerte de un personaje más poéticas de la historia del cine. Y también los personajes femeninos más irreverentes vistos en pantalla hasta entonces.

El director también sedujo a Ernest Hemingway, quien se negaba a escribir cine, para que lo hiciera, como ocurrió con la adaptación en 1944 a la pantalla de su novela menor Tener y No Tener.

Con The Big Sleep (1946), adaptación de la novela negra de Raymond Chandler, Hawks convierte a Humphrey Bogart en uno de los detectives más famosos de la literatura: Phillip Marlowe.

Hawks estaba convencido de que hay artistas que le gustan a las cámaras y otros que no, y que los primeros, en consecuencia, no pueden equivocarse, porque su rostro no les permite mentir. 

Este prolífico y versátil realizador nos abandonó en 1977, sin dejar herederos. –

 

Para aproximarse a este autor: https://www.youtube.com/watch?v=xyQ1jJbJiJE

 


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