lunes, 15 de enero de 2024

HALLAZGOS 

Tatsumi. El mangaka

UNA LEYENDA DEL CÓMIC NIPÓN

Imposible referirnos a Yoshihiro Tatsumi sin señalar, en primera instancia, que se lo considera pionero de un sub género del cómic japonés denominado Gekiga, que acostumbra abordar con realismo extremo temas adultos de carácter sombrío. Su obra alcanzó el apogeo durante los años 70s, e influyó significativamente sobre el derrotero posterior del manga. 

Este artista reconoce como referente al maestro Osamu Tezuka, célebre creador de personajes como Astroboy o Kimba El León Blanco. 

Tatsumi nació en Osaka. Tenía tan solo 10 años cuando culminó la Segunda Guerra Mundial. A los 12, influenciado por su hermano, ya dibujaba tiras gráficas.

En su novela gráfica Infierno, uno de los personajes es designado por el Servicio de Prensa del Ministerio de Guerra para hacer un relevamiento sobre el terreno en Hiroshima, poco después de arrojada la bomba atómica y bajo una interminable lluvia negra. El elenco de la obra se completa con un jefe de personal a punto de jubilarse, un mutilado desempleado que pasa sus tardes en la terraza de unos grandes almacenes, un joven donante de esperma con una obsesión repentina, un aspirante a escritor que vive de mantenido en casa de su novia. Estos son sólo algunos de los protagonistas de esa antología, a través de la cual este dibujante demuestra su maestría y brillantez en el ámbito de la historia breve.

En la posguerra, la escasez de papel da lugar a librerías de alquiler que prestan tres libros a 5 yens. Es el contexto en que Tatsumi, a la edad de doce años, se aventura en el diseño de mangas, influido por un hermano dos años mayor, que permanecía en la casa semi postrado y resentido a causa de la libertad de movimientos de la que disfrutaba Yoshihiro, a quien insumía alrededor de 40’ llegar caminando hasta su colegio.

Su familia contaba con seis miembros, pero rara vez veían a un padre que, divorciado de su madre, permanecía bajo el mismo techo. 

Tatsumi laboraba a destajo la noche entera, enviando luego sus dibujos a numerosas editoriales.

Hacia 1949, cundió el furor del manga infanto - juvenil, y en alguna ocasión el novel artista se descubrió dentro de una publicación.

Un año después, en plena guerra de Corea, recibió la visita de un periodista abocado a reseñar la obra de los jóvenes exponentes del manga. Entrevistado por dicho profesional, declaró su admiración por el Maestro Tezuka, a partir de lo cual se le concedió conocer a dicho genio personalmente, quien - antes de partir de Osaka hacia Tokio debido a su exceso de trabajo - le recomendó dedicarse a la novela gráfica extensa. 

Dicho y hecho, el discípulo cumplió con su maestro desarrollando obras conmovedoras como Querido Monkey, alegato sobre la soledad del individuo en las grandes metrópolis, encarnado por un modesto obrero industrial que vive precariamente con la sola compañía de un mono, presencia que lo rescata del mundanal ruido y de una rutina infrahumana. Visitando el zoológico, llama la atención de una joven que advierte su enorme empatía con los simios; toman algo juntos, y prometen volver a verse. Días después, en una distracción, el hombre pierde su brazo izquierdo durante la rutina rutina laboral. Cuando se repone, va en búsqueda de la chica, que resulta ser una prostituta. De ahí en más, desfila por varias fábricas que se niegan a contratarlo dada su discapacidad. Hasta que, sin recursos para mantenerlo, conduce a su monito - que se resiste a abandonar al amo - y lo introduce en aquella jaula de los monos.

Pero los dueños de casa reaccionan violentamente contra el “intruso” y lo matan.

Doblegado por el dolor de semejante pérdida, el hombre enloquece. 

En 1951, de regreso a su hogar - por cierto, muy humilde -, Tatsumi tienta suerte dedicándose al humor gráfico breve, a fin de mantener a una familia de la que su padre no se ocupa. 

Pero, resentido por el éxito de Yoshihiro, su hermano mayor - dibujante frustrado - le destruye todos los dibujos. Entonces sus fuerzas flaquean, y se plantea abandonar la profesión. 

Pero su desazón no duró mucho. Al cabo de esporádicas apariciones en revistas que incluían a varios autores, en 1954 publicó su primer álbum propio: La Isla de los Niños. 

Pese a una existencia materialmente precaria, el futuro maestro comenzó a gozar de una enorme plenitud. 

En 1956 se mudó con un par de colegas a una pequeña habitación del Hostal Los Gorriones, en su Osaka natal, que hubieron de transformar en factoría de la creación de mangas. En dicho período, el cine y la joven propietaria de su hospedaje, se convertirían en motivo de inspiración.

Por entonces, Todavía un hombre sería una de las obras de su madurez. La historia de un empleado mayor, próximo a jubilarse, quien padece el desprecio de una esposa adúltera, y comienza a sentirse invisible a causa de la vejez. Planificando engañar también a su mujer para matizar ese infierno cotidiano, concluye que no basta acostarse con otra persona para ser absolutamente infiel: Más bien corresponde amarla. En tal tesitura, por casualidad se encuentra con la empleada suya que le quita el sueño, quien le confiesa que ha sido traicionada por su pretendiente, y terminan pasando la noche juntos. Pero su físico no le responde y ambos se despiden frustrados por aquel inesperado y fallido encuentro íntimo. Sintiéndose impotente ante la vida, el hombre baraja la posibilidad de suicidarse, pero la descarta, convencido de que prescindir de su presencia es lo que anhela esa esposa que tanto odia.

Ya siendo conocido, Tatsumi publica Ventisca Negra. Es entonces cuando, poniéndose de acuerdo con sus viejos colegas, acuña el término “Gekiga” para diferenciar la línea de mangas adultos de la de los infantiles. Y se muda a Tokio decidido a defender esa bandera desde la capital nipona. Allí da a conocer el a través de unas 150 postales enviaddas a las principales redacciones, el manifiesto del Taller Gekiga, consagrado a producir tiras gráficas estéticamente realistas y dotadas de personajes con espesor sicológico, texto que llega a manos de su admirado Osamu Tezuka, quien muere de celos ante la novedad.

En el manga que titula Ocupado, narra la historia de un dibujante con su salud sicofísica quebrada a causa de no conectar con el público infantil, y conminado por su editor a entregar un último trabajo. En tal circunstancia, el hombre comienza a solazarse observando grafitis obscenos en los baños públicos, único espacio que parece redimirlo de su fracaso. Hasta que recibe una oferta para desarrollar un manga de ese tenor en la Revista Play Boy. Buscando desplegar la inspiración apropiada, comienza a dibujar compulsivamente sobre la pared de los baños públicos, hasta que es sorprendido in fraganti, denunciado, y detenido como pervertido. 

La mejor producción de Tatsumi se desarrolla en los años 70s, coincidiendo con el boom económico que experimenta su país, del que solo le tocaban las migajas.

En uno de los cafetines que frecuentaba para bocetar sus trabajos, conoció a la camarera que terminaría siendo su mujer.

En el manga Good Bye, el artista cuenta la historia de una prostituta explotada por un padre fracasado y vividor, que seduce a un soldado norteamericano, quien le propone casamiento y un cambio de vida en el Gran País del Norte. Tiempo después, despechada por el abandono de su pretendiente, en una noche de locura alcohólica la joven viola a su propio padre. El título de esta obra corresponde a la amarga despedida de la protagonista respecto a todos los hombres que pasaron por su vida, incluso de su progenitor. 

La autobiografía gráfica de Yoshihiro Tatsumi - adaptada a la pantalla en el melancólico filme que acabamos de reseñar - obtuvo los premios Tezuka 2009 y  Eisner 2010.

Vale la pena conocer al descomunal artista al que rinde tributo esta nota. -

 

Introducción a un gigante del Noveno Arte: https://www.youtube.com/watch?v=LfOdCC_8e1w

No hay comentarios:

Publicar un comentario

RECOMENDACIONES Frewaka "HAY UNA CASA BAJO LA CASA"   La mitología nór...