RESCATES
PARA CINÉFILXS 2.0
CINE BOLIVIANO. FOTOGRAMAS DE LA AMÉRICA PROFUNDA
He aquí una de las cinematografías más genuinas, prolíficas, y valientes de nuestro continente, que - pese al abandono parcial de su tradición más comprometida por parte de las nuevas generaciones de realizadorxs - sigue constituyendo un verdadero orgullo para el Espacio Audiovisual Latinoamericano.
Repasemos algunos pasajes de la cinematografía del vecino país andino estableciendo paralelos con el desarrollo de la cinematografía mundial:
El cinematógrafo creado por los hermanos Lumiere llegó a Bolivia el 21 de junio de 1897, apenas dos años después de la mítica función del Salón Hindú (que da nombre a nuestro blog), en el Boulevard de Capuchinos.
Hacia 1898, ya causaban mala impresión las primeras “vistas locales” de la cruda realidad social boliviana. Un pionero del quehacer fue el camarógrafo Luis Castillo, y la primera sala en inaugurarse exclusivamente al efecto de exhibir películas sería el Cine Teatro Princesa.
Los años 20 constituyen
En 1932 Mario
Camacho estrena Hacia la gloria, primera reconstrucción de
En 1945 desembarca un equipo norteamericano que dejará
plasmada la cultura andina desde una perspectiva exotista en el filme
Con el arribo del presidente Paz Estenssoro, en 1952 se estrena Bolivia se libera. Al año
siguiente se inaugura el Instituto Cinematográfico Boliviano. Ese mismo año se
estrenará la obra cumbre de Ruiz, Vuelve Sebastiana - historia de una niña chipaya que se
arriesga a intimar con la cultura aymara -, todavía narrada mediante una voz en
over. En 1954 se incorpora a la naciente industria cinematográfica el insigne
guionista Jorge Soria, que habrá de
colaborar con la flor y nata del cine boliviano: Jorge Ruiz, Antonio Eguino, Paolo Agazzi, y Jorge
Sanjinés. En 1958 Ruiz estrenará
En 1960, con el filme Kollasuyu, entra en escena acaso uno de los más
importantes realizadores de cine sudamericano, Jorge Sanjinés Aramayo. En 1962
Ruiz estrena Las montañas no cambian, filme con el que queda definitivamente
identificado con el MNR. En 1963, apelando a un montaje de choque de puro cuño
eisensteniano, Sanjinés estrena
Revolución, realización con la que se diferencia claramente del oficialismo,
que caerá al año siguiente, posibilitando que este director asuma al frente del
Instituto Cinematográfico Boliviano. Su
siguiente trabajo será Aysa, primer filme completamente protagonizado por mineros. Por entonces se sumará al quehacer el
compositor Alberto Villapando, que
habrá de dejar su impronta en buena parte de filmes del período. En 1966, con
Ukamau (Así es) - filme en que debuta Néstor
Peredo, que habrá de convertirse en el actor de la época - Sanjinés obtiene en el Festival de Cannes el
Premio Grandes Directores Jóvenes. En
1968 se funda la productora ProInca y Jorge Ruiz se inaugura en el cine
comercial con Mina Alaska. Simultáneamente se constituye el Grupo Ukamau,
liderado por Sanjinés y Oscar Soria,
que habrá de ejercer enorme influencia en el cine social y militante de la
región. Al año siguiente llega a Bolivia Luis
Espinal, que como crítico, autor de textos y profesor sería el principal
impulsor de la cinematografía hasta su asesinato en 1980. Ese año, tardíamente,
aparece la televisión en Bolivia. Y Sanjinés con el Grupo Ukamau estrena uno de
los filmes más valientes y explosivos realizados en nuestro continente, Yawar
Mallku (Sangre de Cóndor)
Con el advenimiento del gobierno nacionalista de izquierda del Gral.
Torres, en 1970 Antonio Eguino celebra la nacionalización de la empresa
petrolera Gulf desde su filme ¡Basta!
En 1971, con el golpe militar de Hugo Banzer Suárez, se partirán las aguas del Grupo Ukamau:
Sanjinés, habiendo terminado El coraje del pueblo, no llega a estrenarlo y se
va al exilio; Soria y Eguino
permanecerán en el país intentando “un cine posible”. Este último
fundará
Los países centrales irán tomando a la nación del altiplano como paradigma de la corrupción y el contrabando: Así la reflejan producciones como Butch Cassidy y Scarface. Israel Adrian Caetano, por el contrario, con su filme Bolivia - duro alegato contra la discriminación a los inmigrantes puneños en un país que se sueña rubio - brindará una de las piezas más descarnadas y audaces del Nuevo Cine Argentino.
El 12 de julio de 1976, Amalia de Gallardo y Mario
Mercado, entre otros, fundarán
En 1980, Paolo Agazzi - asistente de Eguino - estrenará con gran éxito Mi socio, filme que pone de relieve la eterna tensión entre coyas y cambas. Oscar Soria es designado al frente del flamante Consejo Nacional de Cine.
Poco después Sanjinés, fiel a su derrotero de compromiso
emancipador, filmará Las banderas del amanecer, testimonio sobre la transición
entre dictadura y democracia. El fomento que
Los 90 se inauguran con la sanción parlamentaria de una Ley de Cine (que Banzer impusiera por decreto en 1978) 1995 marcará una etapa de renacimiento del cine boliviano. Sanjinés estrena Para recibir el canto de los pájaros, severa crítica al cine seudo progresista que se ha venido desarrollando durante su ausencia del país. Trascendiendo las pantallas locales, Juan Carlos Valdivia estrena Jonás y la ballena rosada, expresión de un cine cruceño y co producido con Méjico, que será candidateada al Óscar. Marcos Loayza estrena Cuestión de fe. Paolo Agazzi recurre al actor argentino Darío Grandinetti para realizar su filme El día en que murió el silencio. Loayza vuelve a la carga rodando en Argentina Escrito en el agua. Mauricio Calderón incursiona en la ciencia ficción con El triángulo del lago.
Bajo el impacto de la globalización, el cine boliviano
entra al Siglo XXI con una creciente impronta cosmopolita, cada vez se filma
más, y proliferan los multicines. Agazzi filma sobre hechos reales El atraco.
Loayza retorna con El corazón de Jesús. Rodrigo
Bellot sacude a la crítica con la desparpajada comedia negra ¿Quién mató a
la llamita blanca? Julia Vargas, como emergente de un cine que irá incorporando cada
vez más mujeres a sus filas, estrena Esito sería, reivindicación del Carnaval
de Oruro. Fernando Vargas aborda el tema del hallazgo de los restos del Che en
Vallegrande en su filme Dí Buen Día a Papá. Valdivia reaparece con American
Visa. Se remoza
Resumiendo, mal puede
presumir de conocer al cine nostramericano quien ignore al cine boliviano.-
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