RESEÑAS
LA VISIONARIA PROFECÍA
DE JOHN FRANKENHEIMER

Cuando la realidad supera a la ficción
El biomonitoreo en poblaciones humanas es una herramienta útil para estimar el riesgo genético frente a la exposición de mezclas complejas de químicos. Aunque un número de biomarcadores está disponible para evaluar respuesta genotóxica transitoria y permanente, los estudios de biomonitoreo se han enfocado esencialmente sobre aberraciones cromosómicas y frecuencia de micronúcleos.
El ensayo citogenético de micronúcleos es capaz de detectar, indirectamente, rotura o pérdida cromosómica y su utilización en líneas de investigación sobre mutagénesis permite conocer in vitro el efecto genotóxico de nuevos agentes químicos a nivel ambiental con nuevos plaguicidas y pesticidas.
La actividad mutagénica es un concepto que hace referencia a la capacidad que tienen los componentes químicos de los agrotóxicos para alterar o cambiar la información genética (ADN) del organismo de manera brusca, incrementando la frecuencia de mutaciones por encima del nivel natural.
Las ‘Aberraciones cromosómicas’ son alteraciones que pueden ser observadas durante el ciclo celular y que tienen su origen en roturas de las cadenas de ADN no reparadas o mal reparadas, debido a sustancias genotóxicas.
El hecho de dosar sustancias comprobadamente genotóxicas en pacientes que presentan frecuencias aumentadas de roturas en el ADN son un fuerte indicio de riesgo para la salud.
La mayor frecuencia de AC y células aberrantes encontradas, por ejemplo, en estudios de pobladores rurales de la provincia de Chaco - ubicada en la región mesopotámica argentina - dan cuenta del daño genético que los agroquímicos generan, sumando un riesgo más al envenenamiento e intoxicación que ya vienen siendo denunciados hace años en diferentes espacios científicos.
Cuando se hace foco en el daño genético en las personas, queda al descubierto otra implicancia peligrosa de los agroquímicos en la población. Ya no sólo está latente el riesgo de que padezcan cáncer a mediano y largo plazo sino, además, patologías cardiovasculares, malformaciones y abortos.
Campesinos y aborígenes se llevan la peor parte
La trama del valiente film al que haremos referencia - estrenado en el mundo hispanoparlante bajo el título de Engendro - nos presenta a un médico con conciencia social que trabaja para el Gobierno de los Estados Unidos y su esposa embarazada, quienes son enviados a Maine para mediar en el conflicto entre una tribu de nativos y una compañía maderera acusada de causar la mutación de los animales salvajes derramando mercurio en el cauce de los ríos locales.
Su director, que en el año 1983 adaptara la historia de Stephen King titulada La Zona Muerta, protagonizada por el talentoso y versátil Christopher Walken, y en 1996 una fallida traslación a la pantalla del relato de H.G. Wells La Isla del Dr. Moreau, una de las últimas interpretaciones de un Marlon Brando en el ocaso de su carrera, aquí recurre a los buenos oficios de Talia Shire - hermana de Francis Ford Cóppola que interpretara a Connie Corleone en la saga El Padrino - y del siempre correcto Arman Assante.
Estrenado en un contexto (1979) en que la contaminación ambiental aún no había escalado hasta los índices del presente, y aunque su relato describa a un pueblo originario que interpreta supersticiosamente las calamidades que padece, o a un pool empresario que manifiesta ignorar las consecuencias de los detritus que arroja al cauce fluvial, su premisa narrativa resulta más alarmante en la actualidad que cuando se rodó, y eso ya constituye un mérito a destacar.
El género al que adscribe la historia puede ubicarse entre la ciencia ficción y el terror, en la medida en que los bosques en que está localizada albergan a una agresiva criatura que, hasta que la investigación encarada devele su origen, será concebida por lxs lugareñxs como una deidad protectora de la naturaleza.
Puede que en el Siglo XXI los efectos especiales de este filme luzcan un tanto demodée, pero la honestidad y el compromiso de su propuesta le asignan plena vigencia a un mensaje que lejos está de haber caducado. -
Para ver el film:
Gracias por el dato Chiqui. Voy a verla
ResponderEliminarAhí está, a su disposición, mi viejo.
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